Escribir es un acto de expresión de nuestro pensamiento que abre alternativas creativas para reflexionar sobre la forma en que nos comunicamos. Hablamos de una habilidad que requiere trabajo y reflexión, no es tan sencilla como conversar, sin embargo, supone el crecimiento intelectual, crítico, creativo y reflexivo de niñ@s y adolescentes, y fomenta el desarrollo de capacidades muy utiles para su futuro desempeño ciudadano y laboral.En Venezuela, contamos con excelentes iniciativas que promueven la lecto-escritura para los más jóvenes, por ejemplo, para capacitar docentes la Catedra Unesco para la Lectura y Escritura, ofrece un excelente espacio formativo con investigaciones y sistematización de experiencias en America Latina y el mundo; también el Sistema Nacional de Niños Escritores que promueve la Fundación Arturo Uslar Pietri, inspirado en la experiencia exitosa del maestro José Antonio Abreu, representa un modelo de educación centrado en las letras, dirigido a niños entre 6 y 13 años de edad (Ver video). Otra iniciativa es el Circuito liceista del Sistema Nacional de Talleres Literarios del Ministerio de la Cultura.
Es de gran valor que nuestros niñ@ y adolescentes participen de este quehacer cultural, en el que construyen significados vinculados con la creación de una ciudadanía creativa y responsable; en tal sentido, consideremos lo planteado por Fernando Sabater en entrevista reciente: "La niñez tardía y la primera adolescencia son los momentos más filosóficos, porque es cuando se hacen las grandes preguntas. Es cuando uno deja de ser niño, y las explicaciones de los mayores ya no convencen tanto, pero, al mismo tiempo, aún no debe ganarse la vida, algo que quita tiempo para reflexionar sobre el mundo. A un niño o un adolescente ya no le bastan aquellas explicaciones, y es el momento más propiamente filosófico de la vida. Sería una pena desaprovecharlo". Más de esta entrevista a Sabater en clarin.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario