martes, 17 de enero de 2012

Comienza con tu mundo más cercano...

Siendo niños tenemos más a mano el mundo cercano de nuestro cuerpo; realmente es el mundo más íntimo (subjetivo) y quizá el más decisivo de nuestra vida, y aún así vivimos en él como en un planeta aún inexplorado. En nuestro cuerpo nuestros sentimientos, pensamientos, sueños e imaginaciones residen y se mueven, pero cada vez les prestamos menos atención, por estar enfocados en el exterior (obvio en este mundo globalizado,informatizado, veloz y cambiante). En este contexto no estimulamos en nuestros hijos la atención por el aspecto subjetivo de la experiencia, y por ello muchos niños no están equipados para recibir mensajes y comunicarse con su propio mundo interior y conectarse consigo mismos  y otros (desde su cuerpo).  Como diría Ann Sharp, el cuerpo, con sus estados de ánimo es la antena de todas las percepciones, el receptor de todas las longitudes de onda; pero el niño actual está frecuentemente desconectado; el foco exclusivo de su educación está en el mundo exterior con su tecnología  y sus omnipresentes medios. 

Pero a pesar de todo, de acuerdo con Christine Caldwell en “Habitar el cuerpo” nuestros cuerpos son astutos. "Como los niños de un cuento de hadas, dejan un sendero de migas de pan que les ayude a encontrar el camino de regreso para salir del bosque oscuro. Nuestros cuerpos usan hábitos de movimiento para marcar un punto de verificación. Como un sendero de migas de pan, estos gestos nos permiten hallar nuestro camino a casa”.   Por ello será una aventura regresar al hogar,  a nuestro cuerpo, ayudando a niños y adolescentes a descubrirlo desde el reconocimiento, en un camino creativo de aprendizaje y  desarrollo de capacidades, actitudes y valores que desde la familia permitan a la persona reinventarse conectarse con otros y compartir felicidad.

El abrazo que reconoce y permite el dialogo de nuestros cuerpos es acogedor y nos prepara para las relaciones saludables. El ser humano crea su mundo, interior y exterior, en y desde su cuerpo...  "La escultura es el cuerpo. Mi cuerpo es mi escultura" así lo expresaba la artista Louise Bourgeois , y no es por casualidad que en los talleres invitemos a imaginar el cuerpo que siente en los diversos espacios y con cuya tensión puede desafíar las leyes de la gravedad. Un cuerpo emocionante y emocionado. Un cuerpo que no sólo es objeto sino, en primera instancia, sujeto creativo. Un cuerpo que es la presencia en el mundo que  narra y expresa quienes somos. 

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