
Niños y adolescentes se mueven continuamente del mundo de la fantasía al de la realidad. Si les acompañamos y dialogamos con ellos acerca de este tránsito de la fantasía a la realidad, de la realidad a la fantasía, la virtualidad puede tener un potencial creativo en su desarrollo psicológico; la imaginación con arraigo es creatividad. El problema está en abandonar a los niños ante la fantasía sin vincularla a la palabra (diálogo familiar), pues puede confundirse la frontera entre fantasía y realidad, desdibujando los límites y afectando su convivencia.
Niños y adolescentes, pueden ver al mundo virtual de Internet o videojuegos, como mundos paralelos a la realidad, en los que puede "tomar el control": entrar y salir al decidirlo; pero si los perciben como su "mundo privado" en el que se "desconectan", los niños se formarán una cosmovisión que podría aislarlos de su realidad e impedir que construyan una visión saludable de sí mismos, debilitando su identidad personal y su arraigo local y nacional.
Conversar con niños y adolescentes sobre nuestra capacidad para decidir lo que nos conviene, y dialogar desde la palabra amable, acerca de los retos que nos traen estas realidades, a las que no podemos estar ajenos, es una alternativa al alcance de cada familia, ¡La creatividad se promueve comunicándonos !
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