martes, 30 de marzo de 2010

Educación en medios algunas propuestas desde España

Demos una miradas al desarollo de la Educación en Medios en España, a partir de algunas propuestas de los destacados investigadores españoles: José Manuel Pérez Tornero y Agustín García Matilla.

El investigador español Agustín García Matilla, propone interesantes planteamientos por ejemplo, dice: que Educar para la Educación es educar para conocernos a nosotros mismos. ¿Para qué sirve la educación en comunicación? Para enseñar a pensar. Aunque pueda parecer contradictorio, educar para la comunicación es educar para pensar de manera crítica y descubrirse a uno mismo. Poner a trabajar a los alumnos en un diario audiovisual o en una bitácora personal los llevará a hacerse preguntas sobre ellos mismos y sobre el mundo. También sirve para formar a ciudadanos autónomos y para expresar ideas. Es una educación para la democracia.

García Matilla dice que la auténtica educación es la de la etapa infantil y que, ante los cambios sociales y culturales. Señala también:"... como decía Benedetti, hemos de defender la alegría de otro mundo posible. La educación ayuda a estar alegre y es un motor de cambio y transformación insustituible. La nueva televisión se integra en la red y los contenidos hipermedia deberían recuperar esa visión de utopía posible que implicaría construir una comunicación al servicio de la sociedad".

En una entrevista expresa su visión sobre la Educación para la Comunicación
Otros planteamientos interesantes los expresa en el documento:
"Una televisión para la Educación del siglo XXI: Mucho más que un servicio público esencial".


Agudos planteamientos también los encontramos con José Manuel Pérez Tornero, Investigador español, Master Internacional de Comunicación y Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su documento: Educación en Medios: Perspectivas y Estratégias, este catedrático señala:

La educación en medios, entiende la UNESCO, «enables people to gain understanding of the communication media used in their society and the way they operate and to acquire skills in using these media to communicate with others» (UNESCO, 1999).

Desde mi punto de vista, esta tarea consistiría en promover pedagógicamente el diálogo –y la crítica, consciente y constructiva– con los medios de comunicación y las posibilidades (antiguas y nuevas) que éstos nos ofrecen. La educación en medios, entendida como diálogo, debería tener como consecuencia, a corto y medio plazo, un doble proceso. En primer lugar, la formación de una conciencia crítica –y participativa– en relación con los medios. En segundo lugar, la progresiva aceptación, por parte de los medios, de un compromiso profundo con la educación. Pero, a largo plazo y en sentido amplio, la tarea de la educación en medios tiene que ver con la inteligencia colectiva y con las modelos de conocimiento y de entendimiento que desarrolla nuestra cultura.

En este sentido amplio, escribía el escritor mexicano Carlos Fuentes, a propósito de los libros –que son, al fin y al cabo, medios de comunicación– que «un libro nos enseña a extender simultáneamente el entendimiento de nuestra propia persona, el entendimiento del mundo objetivo fuera de nosotros y el entendimiento del mundo social donde se reúne la ciudad– la polis –y el ser humano– la persona» (Fuentes, 2002). Desde este punto de vista, los media –como los libros– actúan como extensiones de nuestro entendimiento (o sea, de nuestras percepciones, como decía McLuhan, pero también de nuestro lenguaje y de nuestra razón). En consecuencia, la educación en medios, lejos de ser únicamente un aprendizaje referido a los medios de comunicación como instrumentos, se convierte en una tarea filosófica, epistemológica de primera magnitud y que afecta a nuestra conciencia como seres humanos y a nuestra faceta de ciudadanos.

Volviendo a Fuentes (2002), «si nosotros no hablamos, el silencio impondrá su oscura soberanía». Implícitamente, en esta concepción de la educación en medios como pedagogía del conocimiento y la ciudadanía estamos defendiendo la idea de que los media son en nuestros días un aspecto clave en el conocimiento del mundo y una de los principales ámbitos en que se forjan las relaciones ciudadanas.

Desde nuestro punto de vista, la situación es mucho más compleja. Los medios de comunicación crean en la actualidad, por su extensión y por el modo en que se han implicado en la vida cotidiana y social, un entorno, un ambiente, que a la vez, crean las condiciones para la emergencia y la constitución de un cierto tipo de actores sociales que no existirían –o al menos, no alcanzarían su plena constitución– al margen de ellos. Y, al mismo tiempo, establecen un sistema de relaciones sociales, y de nuevos procesos sociales.

La educación en medios es la educación del siglo XXI. Medios y educación tienen, pues, que dialogar y cooperar. Los fines de ese diálogo y de esa cooperación, es decir, de la educación en medios (educación mediática), en definitiva, serían: * Aumentar la inteligencia personal y colectiva a través de los media, y con ellos. Lograr una mejor comprensión/entendimiento del mundo –del natural (ecología)– y una mejor comprensión de nosotros mismos, o sea, de la persona –aprender a ser– y de los otros, lo social. * Potenciar el diálogo entre las personas, o sea, aprender a convivir, y promover la cooperación entre los grupos, o sea, la resolución conjunta de problemas: participación cívica. * Aprender a crear nuevos mundos posibles, es decir, a imaginar críticamente y a pensar futuros alternativos.

Fuentes: Entrevista a García Matilla: http://www.comunicainfancia.cl/wp-content/uploads/2009/11/Educar-para-la-comunicacion-es-educar-para-descubrirse-a-uno-mismo.pdf
Jose Manuel Pérez Tornero: Educación en Medios: Perspectivas y Estratégias

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