lunes, 26 de octubre de 2009

Lecciones por aprender 2: Internet una herramienta que hay que saber manejar

La Organización Mundial de la Salud afirma que una de cada cuatro personas sufre trastornos relacionados con las nuevas adicciones, entendidas éstas como un “patrón desadaptativo de conducta que repercute negativamente en las esferas psicológica, física y social de la persona y de su entorno”.

Y es que, si bien las nuevas tecnologías poseen un enorme potencial comunicativo y educativo, también entrañan algunos riesgos, especialmente para los más jóvenes. De acuerdo con datos arrojados por estudios españoles, desde realidades que no son tan lejanas y distintas a la que palpamos en el entorno venezolano (
dada la ausencia de investigaciones en nuestro país), señalan que entre los chic@s, sólo uno de cada tres tiene como objetivo la búsqueda de información cuando se conecta a Internet. El resto (66%) lo concibe como una herramienta de ocio: un 36% se conecta para chatear, otro 17% para jugar y un 13% para buscar música, según un estudio de la organización Protégeles de España. Hay que saber diferenciar entre uso y abuso.

La directora del departamento de Psicología de la Universidad CEU San Pablo (España), Carmen Valle, explica que “la adicción se manifiesta claramente cuando la persona siente un gran malestar si no está llevando a cabo la conducta adictiva. Ya no realiza la actividad para obtener un placer, sino para evitar un sufrimiento. Si no se conecta a Internet, comienza a experimentar sentimientos negativos que desaparecen en el instante en que se sienta de nuevo frente al ordenador”.

Con los teléfonos móviles, la adicción se detecta antes por las consecuencias económicas que tiene. “En un mes gasté 800 euros en el móvil y una vez estuve hablando 26 horas seguidas. ¿Cuántos mensajes he llegado a mandar?, creo que unos 2.000 seguidos”; es el testimonio de Roberto, ex adicto al teléfono móvil. En mayor o menor grado hay en España muchos jóvenes con su mismo problema. Según Protégeles, el 28% de los menores se siente agobiado y un 10% “lo pasa fatal” si por un castigo o una avería se ve obligado a prescindir de su teléfono.

Nosotros en Venezuela con urgencia requerimos desarrollar estudios sistemáticos sobre la vinculación que nuestra niñez y adolescencia establece con la oferta que Internet pone en sus manos, mentes y corazones. Sin investigación no hay datos confiables para sustentar estratégias educativas y planificaciones en temas de salud mental y formación ciudadana, lo cual pospone y debilita las medidas de prevención y protección que niñ@s y adolescentes necesitan. ¿Que esperamos si sabemos que la situación es muy preocupante en escuelas y hogares? Conocer a fondo la problemática nos da poder para crear soluciones, no se puede tapar el sol con un dedo...


Fuente: http:/www.
/albadigital.es/2009/10/25

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